lunes, 1 de agosto de 2016

Lago de los sueños perdidos

-Puede ser bueno como malo. El lago muestra a la persona sus deseos que no pudieron cumplirse, lo cual puede hacerla sufrir y mantenerla infeliz el resto de su vida, o puede motivarla a intentar cumplirlos, o buscar sueños mejores. Todo depende de uno mismo. Es como el espejo del alma, ¿no crees?


Espiaron a un hombre que se metió en el lago de los sueños perdidos y, debido a la cercanía, pudieron entrar en la escena con él, como espectadores.

Una bella mujer lo miraba sonriendo. Lo tomaba de la mano y salían corriendo por el campo. Luego la imagen se desvaneció para aparecer otra: ambos recostados en una alfombra llena de libros y dibujos desparramados, mirándose fijamente el uno al otro. Al siguiente instante ella estaba tocándole una canción de piano que le había dedicado únicamente a él.
Fugazmente se veían escenas de ellos riendo, mordiéndose, revolcándose en las sábanas, leyendo juntos, bailando graciosamente y luego lentamente. 
Parecían la pareja ideal, como si hubieran sido sacados de una película. Compartían todo. Un beso de ella a él le bastaba para dormir tranquilo, y un café hecho por él hacía de ella la mujer más feliz del mundo.
Cada vez que se veían tenían la misma mirada de la primera vez. En ocasiones parecían niños por la forma de juguetear y de columpiarse en hamacas. 
Tenían planes, se los podía ver concentrados intentando escribir un libro, y al mismo tiempo construyendo su propia casa del árbol.

Poco a poco el hombre tembloroso salió del agua. Y rompió a llorar.