miércoles, 18 de septiembre de 2013

Ride-Monólogo (Lana Del Rey)

Estaba en el invierno de mi vida, y los hombres que conocí a lo largo de mi camino fueron mi único verano. Por las noches me quedaba dormida con una imagen de mi misma bailando, riendo y llorando con ellos.
Tres años seguidos estuve embarcada en una interminable gira mundial. Y mis recuerdos de ellos fueron las únicas cosas que me sostenían, y mis únicos y verdaderos momentos felices.
Era una cantante, no muy popular, que un día soñó con convertirse en una hermosa poetisa, pero que tras una serie de eventos desafortunados vio esos sueños desbaratados y divididos como un millón de estrellas en el cielo nocturno, que yo había deseado una y otra vez, radiante y destrozada.
Pero realmente no me importó, porque sabía que se necesita conseguir todo lo que siempre se quiere y luego perderlo para saber qué es la verdadera libertad.
Cuando la gente que conocía se enteraba de qué había estado haciendo, cómo había estado viviendo, me preguntaron ¿por qué? Pero es inútil hablar con personas que tienen un hogar. Ellos no tienen ni idea de lo que es buscar seguridad en otras personas, por un hogar donde recuestes tu cabeza. 
Siempre he sido una chica poco común. Mi madre me decía que tenía un alma camaleónica, sin una brújula moral que me señale cuál era el norte, sin una personalidad fija. Sólo una indecisión interior que era tan grande y tambaleante como el océano. Y si dijera que no fue mi intención convertirme en lo que soy estaría mintiendo. Porque nací para ser otra mujer. 
Yo no pertenecía a nadie.. Ni siquiera a alguien que perteneciera a todos y que no tuviera nada, que lo quisiera todo con el ardor de cada pequeña experiencia. 
Con una obsesión de libertad que me aterrorizaba hasta tal punto que no podía hablar al respecto, y que me impulsó hasta un punto nómada de locura que me deslumbraba y me mareaba.



Todas las noches solía rezar que encontraría a mi gente. Y finalmente lo hice, en la carretera abierta. No teníamos nada que perder, nada que ganar. Nada que deseáramos más, excepto hacer nuestras vidas en una obra de arte. 
Vive rápido. Muere joven. Sé salvaje, y diviértete.
Creo en el país que EE.UU solía ser.
Creo en la persona en la que me quiero convertir.
Creo en la libertad del camino.
Y mi lema es el mismo de siempre: "Creo en la bondad de los extraños. Y cuando estoy en guerra conmigo misma tomo el camino. Sólo tomo el camino". 
¿Quién eres tú? ¿Estás en contacto con todas tus fantasías más oscuras? ¿Has creado una vida para ti en la que eres libre para experimentar? Yo la tengo, estoy totalmente loca, pero soy libre. 

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