Noches de insomnio.

Noches de recuerdos, anhelos y añoranzas. Noches de risas o lágrimas. Noches alegres o tristes. Noches de amor o desamor. Noches de ilusiones o sueños rotos. Pero en sí, noches. Noches en las que me pongo a pensar, en las que revivo lo que vivo día a día, en las que me puedo relajar y hacer una pausa. En las que, como hoy, se me refresca la mente para poder escribir, leer o simplemente pensar en lo que vendrá. 

Miro la Luna, sentada en mi ventana, y pienso en quién más la estará mirando en este momento, en algún lugar del mundo, con metas, desilusiones, fallas, errores, sueños, tristezas, esperanzas, amor y tantas otras cosas, al igual que yo. Pienso en quién estará llorando, quién estará riendo. De tanto pensar también pienso en él , si en este instante me estaré cruzando por su mente, y qué pensará de mí. 
Me pregunto quién estoy destinada a ser, si alguna vez encontraré el verdadero amor (no el de cuentos, que no existe, pero lo más cercano a eso), quién se acordará de mí en los años que pasen, quién seguirá a mi lado y quién se habrá ido para siempre. 

-Creo que casi todo depende del presente, y las decisiones que tomemos cada día-