miércoles, 14 de mayo de 2014

Palabras ilimitadas

Su vida le hacía sentir limitado.

 La realidad no siempre era tan milagrosa, aventurera, divertida o simplemente interesante como en los libros que recorrieron sus ojos en todos esos años. 

Le hubiera encantado ser amigo de por lo menos un personaje de un libro, ellos lo acompañaron más a lo largo de su vida que amigos de carne y hueso. En las tardes frías de invierno, en las noches calurosas de verano, siempre un libro le hablaba.


Un día decidió que haría algo importante, como habían decidido hacer muchos protagonistas en momentos cruciales de sus vidas. 
Y decidió escribir. Poder soñar y volcar esos sueños en historias que luego inspirarían a otras personas como a él. Imaginar un mundo, no mejor, pero diferente. Crear personas con las que podría pasar sus tardes solitarias de domingos, personas con una historia que contar. 

Expandir su mente y dejarla fluir, aprovechar sus capacidades al máximo, y disfrutar de las creaciones de las que era capaz de producir su mente. Dejar que las palabras hicieran lo suyo.


La vida no lo hizo sentir limitado nunca más. 


1 comentario:

  1. ¡Cuánta razón llevas!
    Los libros hacen soñar, creer que todo lo que imaginamos puede ocurrir, y como dices, expandir la mente y dejarla fluir.
    A mi también me encantaría ser amiga de algunos personajes...sería tan interesante.
    Un besazo Pilar

    ResponderEliminar